Hoy no me encuentro bien. Mantengo en el recuerdo como si de una herida se tratara, la discusión del día anterior con mi vecino.
He llegado a comprender que debemos de tratar ser intachable para eliminar cualquier motivo de acusación de nuestro opositor.
El libro de Sabiduría 4.23-27 aconseja:
Con todo cuidado guarda tu corazón,
porque de él brota la vida.
Aparta de tu boca la falsedad,
aleja de tus labios la calumnia.
Que tus ojos miren de frente,
y tu mirada sea recta.
Sopesa el sendero de tu pie,
y caminarás seguro.
No te desvíes a derecha ni izquierda.
Aparta tu pie del mal.
No soy feliz. Todo el tiempo de mi vida lo dedico al trabajo personal y a estar preparado para evitar cualquier anomalía que se pueda presentar.
Cuanto más vacío estemos del mundo más ligero será nuestro caminar. Vacío de contradicciones morales y físicas o materiales.
Me encuentro en un mundo grande que apenas conozco. Formo parte de una sociedad de hombres voraces y hambriento de poder, el ‘yo’ predomina en todos sus movimientos y el amor se mantiene flotando alrededor mientras sacamos provecho de él.
El hombre forma parte de un misterio, ¡cuanto conocimiento llena nuestra mente, que grande es!. Sin embargo nos hacemos pequeños cuando nos comunicamos con otros. Vivimos en medio del engaño, feroces hombres que para conseguir su medio de vida es capaz de devorar también a quienes se la ofrece. Tenemos leyes que cumplir las cuales leemos como si fuesen cuentos de hadas y nos divierten cuando las leemos.
Cuando nos protegemos en un lugar creemos que tenemos todo. Nos aislamos en nuestro mundo de 50 m2º aislándonos de todo.
Salimos de nuestro hogar para tener expansión y llenar nuestros pulmones hasta sentir un cosquilleo que despierta las emociones del cuerpo y aviva nuestros sentidos. Pero no te precipites con grandes zancadas, puedes quedar sorprendido. Fuego de artillería, violaciones, robos, asesinatos, maltratos físicos, engaños y un sin fin de cosas más. No es nada pasajero, es la realidad de un mundo contaminado, una epidemia a gran escala a la que estamos acostumbrados. Hospitales llenos, miles de enfermedades que llenan las camas dejando las alma abatidas, tristes y solas. Miles de muertos conducidos por sus seres queridos al lugar del descanso eterno dejando un río de lágrimas. Cuerpos mutilados por maltratadores donde la vida, su sangre, cubre todo su cuerpo. Almas abatidas que acuden para dar consuelo a los suyos para llevarlos pronto a casa y seguir con la pena que causa la vida.
Todo esto forma parte de la vida, pero ¿Donde se encuentran todas estas miserias?. Las tenemos desterradas lejos de nuestras vidas para poder buscar y disfrutar mejor la ansiada felicidad. Nos engañamos a nosotros mismos llenando la mente de un mundo feliz ocultando nuestras desgracias.
Sin embargo muchos dicen “soy feliz”. Y pregunto: ¿Cómo tú pequeño humano puedes ser feliz en medio de tanta desgracias? Ignoramos a los que sufren, también a los muertos que se llevan a un lugar para siempre jamás y ¿somos felices?. La muerte puede ser una desgracia pero en medio de tanto sufrimiento algunos desean encontrarla. También podemos escapar de alguna enfermedad y por fin nos sentimos libres y felices.
Hoy gozo de buena salud. El sol brilla y su calor alimenta nuestras células inyectándole vida. Nuestro cuerpo se expande y nuestros sentidos afloran.
Nuestra mente despierta hacia otra dimensión y nos empuja en busca de placer. Damos alimento al cuerpo para sentirnos reconfortado. Buscamos un lugar lleno de vida para satisfacer nuestros sentidos. La naturaleza aflora, los ríos caudalosos fortalece nuestro espíritu con su sonido relajante y los cantos de hermosas aves silvestres. La luz penetra entre los árboles de grandes bosques. Un silencio majestuoso fortalece nuestra alma como si flotara en el azulado cielo. Todo es belleza y calma.
La primavera despierta nuestros sentidos y sentimos el deseo de formar parte de la vida. Engendramos vida dando luz a nuestros hijos y se enternece nuestra alma llenando de ternura y cariño la flor de nuestro fruto.
Una nueva vida que procuramos tener aislada del mundanal ruido.
Pero pasan los años. Aislamos a nuestro preciado tesoro de todo fruto podrido mientras gozamos de su bella y preciada inocencia. Pero no podemos ignorar al mundo exterior que nos rodea. A medida que nos formamos sentimos el deseo de ver más. Descubrir nuevos horizontes y sentir la plena libertad.
Descubrimos muchos otros seres con quienes compartiremos nuestro espacio y sus bienes. Es necesaria una nueva preparación, una educación eficiente.
Ya con una madurez suficiente seguimos el camino de la vida y encontramos numerosos obstáculos que nos abre otros caminos y según nuestra capacidad y conocimientos elegimos con plena libertad el que satisface nuestro espíritu.
Hemos vuelto al principio. Descubrimos matrimonios rotos. Violencia en casa y en nuestro mundo exterior. Hombres incapaces de afrontar su propia existencia a causa de su deficiencia física. Hombres que se esfuerzan intensamente por adquirir conocimientos a pesar de su corto alcance intelectual. Enfermedades que limitan nuestro medio de vida. Y aún más; hombres que son llevados a campos en guerra que morirán por miles a causa de la ambición de conquistas de ambiciosos gobernantes.
Pero ¿cómo sucede todo esto?.¿quien es culpable?
La creación del hombre pudo haber sido perfecta. Ha resultado ser un fracaso y nuestra mermada capacidad de poder ha trastornado también nuestra mente que solo pensamos para nosotros mismos. Cometemos demasiadas faltas y nos devoramos unos a otros para tratar de sobre vivir mejor.
Nuestra debilidad y ambición personal hace que el mundo cada vez sea peor.
Mentimos a otros para enriquecernos, engañamos a otros a pesar del daño físico que podamos causar, robamos a causa de nuestras limitaciones de obtener las cosas por nosotros mismos. Se mata a otro para conseguir sus bienes, por odio, por venganza, para conseguir dinero. Las agresiones sexuales se hacen para conseguir placer sin importar el daño físico que a la víctima pueda causar. La pornografia es la causa de placer que deja una mente con deseos de continuar con la perversión, difícil de eliminar. Se vende drogas sin pensar a cuantos pueden destruir o matar. Y así un sin fin de motivos que contagiamos unos a otros destrozando vidas tanto física como espiritual.
Así continúa la vida. Se investiga para aliviar los daños, pero también se hace con el afán de matar.
¿Cómo podemos aliviar esta pesada carga?.
Cuando sentimos pena y añoramos lo perdido recurrimos a la reconciliación y al perdón. Da el primer paso quien sufre y siente como se aleja el amor que tanto bien nos da, al mismo tiempo que nos proporciona bienestar. Pero a veces sentimos resistencia. La falta de compresión para entender el daño causado endurece el corazón del opositor y genera más rebeldía y dolor. Se opone a cualquier solución y aparece la imagen de un enemigo.
Creo que estamos equivocados con el significado que damos a la definición de enemigo. Me sorprende cuando Jesús dice que debemos amar al enemigo. Cualquier oposición genera una enemistad. En una familia un pequeño desacuerdo crea un pequeño enfado, una oposición. Pero no dejamos de atender las cosas que nos une. De esta forma somos un pequeño enemigo. En las muchas comunidades que existen se crea muchas opiniones diferentes pero aceptamos la más acertada y todo continúa como si nada hubiera ocurrido. Las demás opiniones quedan en el olvido al no ser que alguien se oponga con mayor dureza y luche para que prevalezca su opinion aunque esté equivocada. Cuando se genera odio, se pierde el respeto y se desea todo mal, es cuando se manifiesta el auténtico enemigo.
Se puede amar y debemos respetar al oponente (enemigo) que no abandona el grupo, ayudarle, dar de comer y todo cuanto se pudiera hacer por él.
Y pregunto; ¿puedes amar a quien te difama, busca lo peor para ti y tu familia, y desea lo peor para tu vida?.
Vuelvo a recordar a Jesús cuando tubo hambre y encontró una higuera que no daba su fruto. ¿Que hizo?. Mandó que no volviera a dar su fruto y quedó completamente seca.
Un nuevo pasaje en el libro de sabiduría 9. 7-9 aconseja:
Quien corrige al insolente, se acarrea afrentas,
y quien reprende al malvado, su agresión.
No reprendas al insolente, no sea que te tome odio.
Reprende al sabio, y te cobrará amor.
Da al sabio, y se hará más sabio;
enseña al justo, y aumentará su formación.
Dios no va a sentir remordimiento cuando tenga que juzgar a todos los enemigos que se opone a dar el buen fruto que marca la ley y son entre ellos miles de millones de personas de todos los tiempos.
Solo nos salva el amor, la reconciliación y el perdón. Todos los que se alejen de estas opciónes reciben la marca del auténtico enemigo.
La llamada de Dios. Sabiduría 1.23-33
Volveos a mi corrección,
que voy a derramar mi espíritu sobre vosotros,
y os daré a conocer mis palabras.
Puesto que llamé y rehusasteis,
extendí mi mano y nadie prestó atención,
despreciasteis todos mis consejos
y no quisisteis mi corrección,
yo me reiré de vuestra desgracia,
me burlaré cuando os llegue el terror,
cuando os llegue el terror como una tromba,
vuestra desgracia como una tempestad,
y os sobrevengan angustia y opresión».
Entonces me llamarán y no responderé,
me buscarán y no me hallarán,
porque detestaron el saber,
y no eligieron el temor del Señor.
No aceptaron mi consejo,
desdeñaron todas mis correcciones.
Por eso comerán el fruto de sus caminos,
y se saciarán de sus intrigas.
Pues la desorientación mata a los ingenuos,
y la dejadez pierde a los necios.
En cambio, quien me escucha vivirá
seguro y tranquilo sin temer mal alguno.
Puedes creer o no en Dios. Si aceptamos que el hombres es creación de Dios y que nuestra vida depende de Él, entonces debemos temerle. Teme a Dios quien cumple sus mandamientos. La no creencia en Dios no te permite el incumplimiento de la Ley. Cumple la Ley y vivirás felizmente por ella. Incumple la ley y recibirás maldición, castigo y muerte, por parte del hombre y de Dios. Sin Ley es imposible vivir. Esto mismo afirmó Jesús: “Es más fácil que pasen el cielo y la tierra que el que se anule un solo trazo de la Ley.”
Hombres que aprecian la vida y siente misericordia por los que se alejan de ella hacen esta petición a Dios.
Sabiduría 30.7-9
Dos cosas pido de ti,
no me las niegues antes de que me muera:
aleja de mí vanidad y mentira,
no me des miseria ni riqueza,
concédeme el pan necesario,
no sea que me sacie y te niegue
y llegue a decir: «¿Quién es el Señor?»,
o no sea que me empobrezca y robe
y profane el Nombre de mi Dios.
La Misericordia de Dios ha permitido que muchas vidas llena de ternura y pasión estén envuelta en medio de sufrimiento y temor. No comprendemos la gran paciencia de Dios en no dar una solución radical, total, a tanto sufrimiento, malicia y destrucción.
Dice Eclesiastés:
No se ejecuta enseguida la condena por actuar mal, y por eso se fomenta la mala conducta en el corazón de los hombres, pues el pecador actúa mal cien veces y se le tolera. Ya sé yo que a los que temen al Señor les irá bien, pues son temerosos ante Él. Pero no le irá bien al malvado, ni prolongará sus días como la sombra el que no sea temeroso ante Dios. Hay otra vanidad que sucede en la tierra: personas honradas a los que se trata como malvados, y malvados a los que se trata como si fueran honrados, y digo yo que también esto es vanidad.
Me gozo, pues, de la alegría, ya que lo único bueno bajo el sol para el hombre es comer, beber y alegrarse, y esto le acompaña en su trabajo todos los días de la vida que Dios le ha dado bajo el sol.
… Es como si hubiera para todos un único destino,
para honrados y malvados,
para buenos y malos,
para puros e impuros,
para los que ofrecen sacrificios y los que no,
tanto buenos como pecadores,
perjuros como los que juran con respeto.
Esto es lo malo de todo lo que pasa bajo el sol,
que haya un único destino para todos.
Así el corazón de los seres humanos se llena de maldad, sus corazones desvarían durante su vida y después se van con los muertos. Pero quien se cuenta entre los vivos tiene esperanza, ya que más vale perro vivo que león muerto. Los vivos saben que morirán, pero los muertos no saben nada, ni tendrán más recompensa porque su recuerdo se ha esfumado; también se perdieron sus amores, odios y envidias, y ya nunca tendrán parte en nada de lo que se hace bajo el sol.
Anda y come tu pan con alegría,
y bebe tu vino con buen corazón,
que Dios ya se ha complacido en tus obras.
Lleva siempre ropas blancas,
y que no falte el perfume en tu cabeza.
Goza la vida con la mujer que amas, todos los días de la vana vida que tienes bajo el sol, todos tus vanos días, pues es lo tuyo mientras vives y trabajas bajo el sol. Todo lo que esté al alcance de tu mano, hazlo con todas tus fuerzas, pues en el sheol adonde te diriges no hay acción ni discernimiento, ciencia ni sabiduría.”
Quizás no valoramos del todo la extraordinaria y maravillosa creación del ser humano y todo lo añadido para su completa felicidad. Nosotros mismos no somos nadie. No nos podemos dar amor a nosotros mismo. Cuando todos mis sentimientos florecen emana una explosión de amor que debe ser compartido con los otros para mi propia felicidad.Vemos en los otros una mirada tierna, una sonrisa afectuosa, unos brazos extendidos ardientes de amor. Sentimos un corazón que parece salir del pecho en busca de unión. Juntamos nuestros cuerpos con temblor y un sublime deseo de eterna felicidad.
Cuando nuestro espíritu nos abandona y vuelve a Dios vemos un cuerpo extendido, inmóvil, apagado y sentimos pena, se apagan todas nuestras emociones, brotan nuestras lágrimas de los ojos con terrible humillación.
Por eso Dios no puede permitir la más mínima chispa de MALDAD en un mundo formado por seres que han superado la prueba del cumplimiento de la Ley.
Separarnos de los otros y no compartir nuestros bienes con ellos apagaría nuestras emocione caminando hacia nuestra total destrucción.
Quienes abandonan la Ley alaban al malvado,
pero quienes observan la Ley se indignan contra él.
Quien aparta sus oídos para no escuchar la Ley
hasta su oración es abominable.
Quien esconde sus culpas no prosperará,
quien las confiesa y renuncia a ellas
alcanzará misericordia.
Recuerdo una parábola de Jesús que hace saltar las lágrimas de los ojos y me llena de compasión.
El rico insensato. Lucas: 12.17-21
Las tierras de cierto hombre rico dieron mucho fruto. Y se puso a pensar para sus adentros: «¿Qué puedo hacer, ya que no tengo dónde guardar mi cosecha?» Y se dijo: «Esto haré: voy a destruir mis graneros, y construiré otros mayores, y allí guardaré todo mi trigo y mis bienes. Entonces le diré a mi alma: “Alma, ya tienes muchos bienes almacenados para muchos años. Descansa, come, bebe, pásalo bien”». Pero Dios le dijo: «Insensato, esta misma noche te van a reclamar el alma; lo que has preparado, ¿para quién será?» Así ocurre al que atesora para sí y no es rico ante Dios.”
Por nuestra felicidad cumplimos con la justicia ya sea la ley de Dios o la de los hombres.
… Goza, joven, de tu juventud
y que tu corazón te haga feliz durante los días
de tu mocedad;
sigue los caminos de tu corazón
y la mirada de tus ojos.
Pero has de saber que de todo eso
Dios te pedirá cuentas.
Quita el sufrimiento de tu corazón
y aparta el mal de tu carne,
porque juventud y pelo negro son vanidad.
Un último consejo: cree en Dios y busca protección en ÉL.
Si no crees en Dios y para ti no existe, pero todos nuestros caminos han buscado la Justicia y la Paz, habremos sido compensados con la felicidad y amor que nos brinda el cumplimiento de la ley. esto únicamente ganaremos, nada más. Pero si Dios existe y no hemos llegado a encontrarlo, «lo hemos perdido todo.» Ya no queda otra esperanza.
Eclesiastés 12.1-7
Acuérdate de tu creador en los días de tu mocedad,
antes de que lleguen los días malos
y se acerquen los años en que digas:
«No me gustan»;
antes de que se apaguen
el sol y la luz, la luna y las estrellas,
y sigan las nubes después de la lluvia;
cuando tiemblen los guardianes de la casa,
se encorven los fuertes,
cesen las que muelen, pues han venido a menos,
y las que miran por las celosías se queden a oscuras;
cuando se cierren los portones de la calle,
se apague el rumor del molino,
se acalle el canto del pájaro
y enmudezcan todas las canciones,
den miedo las alturas
y los terrores del camino;
cuando florezca el almendro,
se arrastre la langosta
y se malogre la alcaparra,
porque el hombre marcha a su eterna morada
y los que están de duelo rondan por las calles;
antes de que se suelte el hilo de plata,
se rompa el cuenco de oro,
se quiebre el cántaro en la fuente,
se rompa la polea del pozo,
el polvo vuelva a la tierra que fue
y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.
Que decimos del mundo. Naturalmente no puede ir para mejor. Generamos millones y millones de toneladas de residuos que casi todos llegan al mar. Bacterias y virus se transmiten con total facilidad. Los combustibles esta poblando todo nuestro planeta de suciedad y sus efectos cada día entran en nuestros pulmones. Tempestades fuera de lo común, terremotos, hambre, miseria. Grandes cambios en nuestra naturaleza.
Acabaremos con los mares, los campos y nos mataremos todos juntos con nuestros feroces descubrimientos de miles de armas nucleares destinadas para matar Cuantas má muertes mejor..
¡¡ “Felicidades” queridos humanos enemigos de la vida, habéis creado la total destrucción para la humanidad¡¡
Termina en Eclesiastés:
Fin del discurso. Hemos oído todo: teme a Dios y guarda los mandamientos, que esto vale para todo hombre. Dios juzgará si es bueno o es malo todo lo que se hace, incluso lo oculto.