¿SE PUEDE AMAR A DIOS?



Muchos creen que el hombre es un producto del azar, pero cuesta admitir que su desarrollo

crecimiento sea pura casualidad. En primer lugar es necesario que se encuentren dos elementos infinitamente pequeños, se unan, y comience a funcionar una inmensa maquinaria dotada de un inmenso poder y conocimiento. Millones de células y otras muchas sustancias buscan su lugar creando a su vez otros muchos elementos, y éstos otros muchos más y así cada uno de ellos en perfecta armonía va formando un ser que finalmente necesitará de un soplo capaz de mantener vivo por sí mismo todo este complejo final. Aparentemente nadie ha intervenido en todo este proceso. Lo mismo ocurre con todos los animales y también con todas las plantas y árboles, el mismo procedimiento. La semilla es plantada en el suelo y en ese mismo lugar se desarrolla un proceso similar al creado en el cuerpo humano y de inmediato surge la vida. Estamos tan acostumbrados a ver tantos milagros que ya nada nos asombra.


Volvamos al hombre.

Es necesario poner en funcionamiento ese cuerpo, adaptarle al medio en el que se encuentra para que todos sus sensores perciban todo lo que pueda alimentarle, protegerle y así mantener perfectamente saludable su propia vida.
Los animales y las plantas tienen su propio ciclo para su cuidado y conservación y todo se repite de forma natural. Carecen de inteligencia y actúan según su instinto.
Sin embargo el hombre tiene que hacer un uso consciente de su poder sensorial en toda su capacidad e ir almacenando experiencias y recuerdos para dirigir por sí mismo su cuerpo y así alargar sus días.
Pero no se encuentra solo, ha de convivir con otros muchos semejantes y mantener una buena armonía, convivencia y paz para mantenerse alejado de todo aquello que pueda perjudicar y deteriorar su propio cuerpo y bienestar.
Ha surgido la vida y tenemos que aprender a vivir en esta hermosa tierra, tenemos también el poder de guardar toda experiencia en nuestra mente para recordar y hacer uso correcto de cada experiencia vivida. Un uso inadecuado puede deteriorar nuestro ser, así mismo como el de los demás.
Así podríamos continuar muchos días y también largos años. Pero no podemos olvidar que para que todo funcione bien tenemos que respetarnos. Cualquier experiencia agena podría confundirnos y perjudicar nuestra existencia. Hemos de tener presente que no conocemos perfectamente el medio en el que nos encontramos, todo es nuevo para cada uno de nosotros cuando nacemos. Una mala experiencia produce contra reacciones en nuestro cuerpo y nuestras vidas de forma grave se transformaría en sufrimiento y reacciones adversas.
Si no conocemos perfectamente todo lo que nos rodea, es posible que alguna vez salte la chispa de la duda y genere inseguridad y confusión.
Llega pues ei momento de hacer uso de nuestra memoria, al no encontrar recuerdos permanecemos bloqueados sin solución.
Nos damos cuenta que estamos limitados en conocimiento y es aquí donde entra Dios. Si creemos que él nos ha creado buscamos su protección, él aportaría soluciones las cuales aplicaríamos sin vacilación.
Todo el universo está dirigido por leyes que de forma infalible cumple su misión.
Nosotros también podríamos ser programados permaneciendo insensibles, cumpliendo rígidamente nuestra misión. Pero que satisfacción se encuentra en ver cómo nos movemos de un lugar a otro sin ningún roce y con toda precisión para lo que fuimos creados.
Hemos sido creado con sentimientos profundos capaces de hacernos sentir felicidad y placer. Pero como todo el universo, precisamos de leyes que nos sirva de inercia para nuestro buen vivir.
Si cumplimos las leyes, Dios estará con nosotros. Dios nos dota de Libertad, de libre albedrío, no somos máquinas, podemos elegir y obrar según nuestra libre voluntad. No podemos olvidar que todo tiene un precio. Obramos según nuestros deseos sin considerar a los demás o nos ajustamos a Dios y sus leyes para nuestro bien. Tenemos que demostrar que estamos hechos para vivir o seremos rechazados.
Podemos fallar, la vida es un continuo aprendizaje, siempre tendremos la vista puesta hacia adelante para poder, con el esfuerzo debido, dirigir los pasos hacia la justicia y verdad.

La cualidad de amor es imprescindible para una perfecta convivencia. Decimos que Dios es amor y por eso debemos imitarle.

“El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor” (1ª Juan 4.8). El amor de Dios para con la humanidad caída es tan grande que dio a su Hijo unigénito para rescatarnos de la perdición (Juan 3.16). El apóstol Pablo dice: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5.8). ¡Qué amor tan sin igual y precioso! La historia completa de la relación de Dios con los hombres caídos se resume en tres palabras: “Dios es amor”.
Pensamos tanto en el amor de Dios que algunas veces se nos olvida que una manifestación de su amor es el odio con que él aborrece lo malo. Él aborrece lo malo con la misma intensidad que ama lo bueno. Él se manifiesta como un Dios celoso, que visita “la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que [lo] aborrecen” (Éxodo 20.5). En Proverbios 6.16-19 notamos siete cosas específicas que el Señor aborrece. Él aborrece todos los malos caminos y todas las formas de iniquidad. Para poder amar apasionadamente todo lo que es bueno, justo y santo se tiene que aborrecer ardientemente la iniquidad.

Hasta aquí vemos que necesitamos hacer un esfuerzo continuo, que podemos fallar, y si no podemos adaptarnos desaparecer ¿Quien nos podría ayudar?

Queremos algo cuando nos aporta un bien, felicidad. Si tenemos que vivir que sea para bien. Un error crea conflicto, muchos errores terminaría con todo bien. En una vida perfecta es inadmisible el mínimos error.
Si el primer ser humano Adán fue creado por Dios debería ser creado perfecto sin posibilidad de fallar. En efecto, el cuerpo cumplía todas las funciones para las cuales fue creado. Pero el hombre fue colocado en un medio desconocido adaptado para alimentar su cuerpo para mantener la vida. Todos los sensores del cuerpo fueron abiertos y una enorme explosión de placer despertaba en su cuerpo. Pero carecía de memoria y experiencias, nada podía haber como recuerdos en su mente. Empieza la vida, en su mente comienza a guardar las imágenes que le brinda sus ojos, el respirar el suave aire del día, la sensación en su piel al contacto del fresco aire de la mañana, sentir el cuerpo de los árboles, sus frutos, oler la vegetación con sus perfumadas flores, escuchar el trino de los pájaros y observar una inmensa variedad de animales, sus formas, colores y la vida que expresaba sus movimientos. Todo era nuevo para él. Era preciso relajarse al contemplar tanta belleza, disfrutar cada día de tantas emociones y escuchar los consejos de su creador con quien hablaba cada día.
Poco había que aprender, sólo observar, contemplar, vivir. Esa es la vida que le esperaba cada despertar de un nuevo día. Dios pone todos los medios al alcance del hombre haciéndole partícipe de la creación.
El espíritu de Dios capacita al hombre para el cuidado del hermoso jardín aportándole todo conocimiento para su desarrollo.
Esta fue la creación perfecta por Dios. Posiblemente cada día aportaría otros conocimientos al mismo tiempo que el hombre se hacía sabio en conocimiento acercándose más y más a su creador.
¿Podría amar a un ser de quien recibe tanto bien? Naturalmente todo esto ha cambiado pero no dudaríamos si esta situación se repitiera.
El hombre ha cambiado las cosas y Dios permite el derecho a la libertad que le fue concedida. Desgraciadamente otros sufren las consecuencias de su mala conducta pero Dios respeta su tiempo hasta acabados sus días. Si Dios hubiera aniquilado a su primer opositor toda la creación habría terminado y el mismo hombre habría vencido a Dios. Solo nos queda la oportunidad de haber sido escuchado por Dios y hacerle partícipe de nuestra vida. Dios ha prometido ayudar mientras seguimos sus pasos.
El hombre ha cambiado la vida, la ha transformado sus necesidades y esto no la hace mejor.
Cuando ignoramos los hechos que nos puede venir, es necesario prestar atención y seguir los consejos de un experto dando lugar a la obediencia y así librarnos del posible mal venidero. La no obediencia ha sido la causante de tanto mal en esta tierra, esto ha dado lugar a tantos vicios y malos hábitos, la degeneración de todos los hombres.
Quiero sentir un cuerpo emocionado y vibrante cuando miro la cara de una dulce niña con sus ojos radiantes y sus labios sonrientes acariciando un hermoso caballo. Quiero emocionarme cuando un niño abraza con ternura a su anciano Padre. Quiero que mi cuerpo vibre al mismo tiempo que sale de mi boca de forma espontánea una oración de gracia a mi creador por avivar mi cuerpo cuando miro a mis semejantes. Quiero en caso que Dios me falte no vivir solo con mi espíritu para no contemplar en el mundo el derrumbe físico y moral de todos los hombres. Si no estoy contigo Señor, con otros tampoco quiero estar.
Cuando el espíritu de Dios y el espíritu de cada uno de los hombres se unen, se realzan todos los sentidos como si fuesen acariciados por el creador, se produce una elevación del espíritu interior que estalla interiormente motivando un deseo grande de vivir. SÍ, SE PUEDE AMAR A D
IOS. 

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