PORQUE LEER LA BIBLIA

Desde hace muchísimo tiempo se hace lectura de la Biblia. Uno la lee, la medita y saca sus propias conclusiones doctrinales, comparte sus ideas con un grupo y crea una religión. Hay otros que con el mismo fervor hacia Dios lee la Biblia, la medita y saca otras conclusiones diferente formando un nuevo grupo, otra religión. Así, existen numerosas religiones en el mundo, cuyo fin único parece ser conocer a Dios, su ser, sus cualidades. Lo queremos estudiar con nuestra limitada inteligencia, comparándolo a nosotros mismos. Dios es infinito jamás podremos conocerlo en su totalidad. También son muchos los años que nos separan de los autores originales de la Biblia, su forma de vida, su cultura y conocimientos.
La Biblia siempre ha indicado un camino a la humanidad, con el fin de poder entendernos y vivir en perfecta armonía entre todos los que poblamos la tierra. Tenemos una mente limitada, sobre el conocimiento de Dios, pero no podemos aplicar las diferentes conclusiones doctrinales de cada grupo religioso y crear un ambiente único, sano y perdurable. Nuestros pies están sobre la tierra y debemos saber andar bien sobre ella.

Dios no pretende que seamos grandes teólogos. El conocimiento que necesitamos para su dominio es inmenso y ningún ser humano puede alcanzarlo. Dos direcciones nos lleva a conocer a Dios; una es su ser, su divinidad, su poder. la otra esta en su cualidad, pues Dios es AMOR. Sobre esta base es la que debemos conocer mejor, ya que nuestra vida ha sido creada en la cualidad del amor. Si nos apartamos del amor, la vida se irá degenerando apagándose lentamente, huyendo de Dios..

Tenemos que vivir agrupados y compartir cada descubrimiento individual entre todos, trabajar en grupos y compartir todos los bienes conseguidos.
Llegamos así a la conclusión de la necesidad de un gobernante que dirija nuestra vidas, nos eduque y nos enseñe a vivir lo más armoniosamente posible. Éste ha sido siempre el plan de Dios, dar leyes y enseñar a su pueblo la necesidad de su cumplimiento. La Biblia está formada por numerosas historias de profetas elegidos por Dios para disciplinar a su pueblo. Y tú, pretendes enseñar a los distintos grupos religiosos tus propios conocimientos de Dios, destacar sobre ellos y llenar tu propio ego. Nuestro deber es conocer a Dios en sus cualidades basadas en el Amor. cumplir sus leyes y mandamientos, y ser buenas personas para con los demás. Difícil misión que abarcará todo el tiempo de nuestra vida, una lucha constante, un guerrear intenso, muy laborioso. Una lucha contras nosotros mismo, nuestras pasiones. Debemos llegar al punto de dominarnos a nosotros mismos, casi una misión imposible.

El ejemplo de Pablo nos puede ayudar, dice:

¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero sólo uno gana el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
Y todo aquel que lucha se disciplina en todo. Ellos lo hacen para recibir una corona corruptible; nosotros, en cambio, para una incorruptible. Por eso yo corro así, no como a la ventura; peleo así, no como quien golpea al aire. Más bien, pongo mi cuerpo bajo disciplina y lo hago obedecer; no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo venga a ser descalificado. 1ª Corintios 9.24-27

Esta es nuestra principal misión, saber sobre la existencia de un solo Dios, obedecer sus leyes y mandamientos, tratar de ser íntegros.
Toda la Biblia está plagada de historias llena de ejemplos sobre la vida de numerosos patriarcas, profetas y sabios; todos han sido dirigidos por Dios para nuestro ejemplo. Ese ha sido siempre el plan de Dios, educarnos para servirle y cumplir sus leyes para el bien de nosotros mismo y de cuantos nos rodean.

Invitación a la sabiduría. Proverbio 1.20-33

Por calles y avenidas la sabiduría hace oír su voz;
proclama sus palabras por las puertas,
por los puntos más concurridos de la ciudad:
Jóvenes inexpertos, burlones y necios,
¿hasta cuándo amarán la inexperiencia,
y hallarán placer en sus burlas, y despreciarán el saber?
Presten atención a mis correcciones y yo los colmaré de mi espíritu;
les daré a conocer mis pensamientos.
Yo los he llamado, los he invitado a venir,
pero ustedes no han querido hacerme caso.
Al contrario, han rechazado mis consejos;
no han querido recibir mi corrección.
¡Ya me tocará a mí cuando les llegue la desgracia!
¡Ya me apartaré de vosotros cuando estén muertos de miedo,
cuando vengan sobre ustedes temores y problemas,
desesperación y angustia, como un torbellino que todo lo destruye!
Ese día me llamarán, pero no responderé;
me buscarán, pero no me encontrarán;
pues despreciaron la sabiduría y no quieren honrar al Señor.
No desearon recibir mis consejos; desprecian mis correcciones.
¡Pues sufrirán las consecuencias de su conducta!
¡Quedarán hartos de sus malas intenciones!

A los inexpertos los mata su falta de experiencia,
y a los necios los destruye su despreocupación;
pero el que me preste atención, vivirá en paz,
sin temor de ningún peligro.

Los dos caminos. Lucas 13.6-9

Un hombre tenía una higuera plantada en su viña y fue a buscar en ella fruto y no lo encontró. Entonces le dijo al viñador: «Mira, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera sin encontrarlo; córtala, ¿para qué va a ocupar terreno en balde?» Pero él le respondió: «Señor, déjala también este año hasta que cave a su alrededor y eche estiércol, por si produce fruto; si no, ya la cortarás».

Por miles de años han nacido millones de personas. ¿Podemos culpar a Dios de ingenuo sabiendo que millones de personas morirían oponiéndose a sus leyes? No podemos conocer el alcance de la misericordia de Dios, tampoco el proyecto que tiene para tantos miles de millones de muertos. El cumplimiento de la ley nos aporta felicidad, el incumplimiento desgracias y destrucción, por eso Dios desea que le conozcamos como es, en su Divinidad y Amor.
Como Divino lo conocemos en su creación, solo falta conocerlo en el Amor y su relación con su pueblo. Según el apóstol Pablo lo más importante es el amor, que es el vínculo que nos une a nosotros. Nuestra vida está basada en el amor. El vínculo de unión perfecto.

Como Dios abandona al hombre.

El hombre tiene su espíritu que se aproxima al carácter de Dios a medida que cumple sus mandamientos. Y se aleja de Dios cuando busca el espíritu del mundo.
Cuando el espíritu del hombre y el espíritu de Dio se unen, el hombre llega a ser un hijo espiritual de Dios y cuando el hombre se aleja de Dios es entregado a las apetencia de su corazón según los placeres que dominan en el mundo.

En efecto, la cólera de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que aprisionan la verdad en la injusticia; pues lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto: Dios se lo manifestó.
Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables; porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se entenebreció: jactándose de sabios se volvieron estúpidos, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una representación en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos, de reptiles. Por eso Dios los abandonó en las apetencias de su corazón hasta una impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos; a ellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en vez del Creador, que es bendito por los siglos. Amén.

Por eso los abandonó Dios en sus pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza; igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío.
Y como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de Dios, los abandonó Dios con sus mentes insensata, dejándoles hacer lo que no conviene: llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad, henchidos de envidia, de homicidio, de contienda, de engaño, de malignidad, chismosos, Se hicieron detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres, insensatos, desleales, desamorados, despiadados, los cuales, aunque conocedores del veredicto de Dios que declara dignos de muerte a los que tales cosas practican, no solamente las practican, sino que aprueban a los que las cometen.

En resumen: Dios se aleja del hombres por medio de la ausencia de su espíritu, Éste abandono les revelan hacia el mal, buscando satisfacer todos sus deseos y sus pasiones.
Cuando el Espíritu de Dios mora en el hombre, éste adquiere fortaleza y poder y lo encuentra en todas partes.

A cualquier lugar que vaya, ahí estás tú. Salmos 139.7-12

¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Si subiere a los cielos, allí estás tú;
y si en el Seol [el sepulcro] hiciere mi estrado, allí tú estás.
Si tomare las alas del alba, y habitare en el extremo del mar,
aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.
Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán;
aun la noche resplandecerá alrededor de mí.
Aun las tinieblas no se apodera de ti, y la noche resplandece como el día;
lo mismo te son las tinieblas que la luz.»

También en Hechos 2.16-18

Esto fue dicho por el profeta Joel.

Sucederá en los últimos días, dice Dios, que derramaré de mi Espíritu sobre toda carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños.
De cierto, sobre mis siervos y mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.

Esto tuvo cumplimiento en el Pentecostés y ahora a pequeña escala en cada uno de nosotros personalmente.

Dios da de su espíritu a quien le busca. 1ª Corintios 12.1-11

Pero no quiero que ignoréis, hermanos, acerca de los dones espirituales. Sabéis que cuando erais gentiles, ibais arrastrados tras los ídolos mudos. Por eso os hago saber que nadie, hablando por el Espíritu de Dios, dice: «Anatema sea Jesús.» Tampoco nadie puede decir: «Jesús es el Señor», sino por el Espíritu Santo.

Ahora bien, hay diversidad de dones; pero el Espíritu es el mismo.
Hay también diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.
También hay diversidad de actividades, pero el mismo Dios es el que realiza todas las cosas en todos.
Pero a cada cual le es dada la manifestación del Espíritu para provecho mutuo.
Porque a uno se le da palabra de sabiduría por medio del Espíritu;
pero a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu;
a otro, fe por el mismo Espíritu;
y a otro, dones de sanidades por un solo Espíritu;
a otro, el hacer milagros; a otro, profecía;
a otro, discernimiento de espíritus;
a otro, géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.
Pero todas estas cosas las realiza el único y el mismo Espíritu,
repartiendo a cada uno en particular como él designa.

Solo hay un espíritu, un camino, una puerta..Salmo 1

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,
ni en la senda de los pecadores se detiene, ni toma asiento con farsantes,
Sino que se complace en la ley de Yahveh, y noche y día medita en su Ley.
Es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da a su tiempo el fruto, y no se marchitan sus hojas; Cuanto hace prospera.
¡No así los impíos, no así!
Son como polvo que dispersa el viento.
Por ello, los impíos no se levantarán en el juicio.
ni los pecadores en la asamblea de los justos.
Porque Yahveh vela sobre el camino de los justos,
Mientras el de los impíos acaba en perdición.

La puerta ancha y la puerta estrecha. Mateo 7.13

Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella. Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y son pocos los que la hallan.

He peleado la batalla, he guardado la Fe. 2ª Timoteo 4.6-8

Quisiera hacer propia las palabras de Pablo en su lucha por conseguir la corona de la vida.
Porque yo ya estoy a punto de ser ofrecido en sacrificio, y el tiempo de mi partida ha llegado. He peleado la buena batalla; he acabado la carrera; he guardado la fe.
Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, el Juez justo, en aquel día. Y no sólo a mí, sino también a todos los que esperan con amor su venida gloriosa.

¡¡ Busca a Dios mientras puedas hallarlo y recibirás de su Espíritu !!

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