Dios fortalece al cansado
y acrecienta las fuerzas del débil.
Aun los jóvenes se cansan, se fatigan,
y los muchachos tropiezan y caen;
pero los que confían en Jehová
renovarán sus fuerzas;
volarán como las águilas:
correrán y no se fatigarán,
caminarán y no se cansarán.
Isaías 40.29-31
TENTACIÓN Y CAIDA EN LA DESOBEDIENCIA .
¿UNA SERPIENTE HABLADORA?
Génesis 3.1-24
1 Entonces la serpiente, que era el más astuto de todos los animales del campo que Jehovah Dios había hecho, dijo a la mujer: ¿De veras Dios os ha dicho: «No comáis de ningún árbol del jardín»?
2 La mujer respondió a la serpiente:
— Podemos comer del fruto de los árboles del jardín. 3 Pero del fruto del árbol que está en medio del jardín ha dicho Dios: «No comáis de él, ni lo toquéis, no sea que muráis.»
4 Entonces la serpiente dijo a la mujer:
— Ciertamente no moriréis. 5 Es que Dios sabe que el día que comáis de él, vuestros ojos serán abiertos, y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal.
6 Entonces la mujer vio que el árbol era bueno para comer, que era atractivo a la vista y que era árbol codiciable para alcanzar sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió. Y también dio a su marido que estaba con ella, y él comió. 7 Y fueron abiertos los ojos de ambos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron ceñidores.
8 Cuando oyeron la voz de Jehovah Dios que se paseaba en el jardín en el fresco del día, el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehovah Dios entre los árboles del jardín. 9 Pero Jehovah Dios llamó al hombre y le preguntó:
— ¿Dónde estás tú?
10 Él respondió:
— Oí tu voz en el jardín y tuve miedo, porque estaba desnudo. Por eso me escondí.
11 Le preguntó Dios:
— ¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te mandé que no comieses?
12 El hombre respondió:
— La mujer que me diste por compañera, ella me dio del árbol, y yo comí.
13 Entonces Jehovah Dios dijo a la mujer:
— ¿Por qué has hecho esto?
La mujer dijo:
— La serpiente me engañó, y comí.
LA SENTENCIA.
14 Entonces Jehovah Dios dijo a la serpiente, (el más astuto de todos los animales del campo) :
— Porque hiciste esto, serás maldita entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida.
15 Y pondré enemistad entre ti (serpiente) y la mujer (Eva), y entre tu descendencia (serpiente) y su descendencia (mujer) ; ésta ( descendencia de la mujer) te herirá en la cabeza ( serpiente) , y tú (la serpiente) le herirás en el talón a la descendencia de la mujer).
Nota.
La interpretación literal de la mujer es acusar a una serpiente (animal), ésta será maldita entre todos los animales, se arrastrará y comerá polvo. Hoy día vemos a las diversas serpientes que se arrastran dando a entender que antes no fue así. Pero una serpiente no puede hablar y actuar de manera inteligente, ni tampoco debería recibir el castigo anunciado, pero así es.
Se habla de establecer una enemistad entre la serpiente y la mujer. La serpiente causa del daño realizado y la descendencia de Eva. La descendencia de la mujer herirá gravemente a la descendencia de la serpiente. La descendencia de la serpiente herirá levemente a la de la mujer.
Una lectura literal carece de compresión, difícil de entender. Eva puede tener descendencia ¿Y la descendencia de la serpiente? ¿Quién es?
16 A la mujer dijo:
— Aumentaré mucho tu sufrimiento en el embarazo; con dolor darás a luz a los hijos. Tu deseo te llevará a tu marido, y él se enseñoreará de ti.
17 Y al hombre dijo:
— Porque obedeciste la voz de tu mujer y comiste del árbol del que te mandé diciendo: «No comas de él», sea maldita la tierra por tu causa. Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida; 18 espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.
19 Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado. Porque polvo eres y al polvo volverás.
20 El hombre llamó a su mujer Eva, porque ella sería la madre de todos los vivientes.
21 Luego Jehovah Dios hizo vestidos para Adán y para su mujer, y los vistió.
22 Y Jehovah Dios dijo:
— He aquí que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal. Ahora pues, que no extienda su mano, tome también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre. 23 Y Jehovah Dios lo arrojó del jardín de Edén, para que labrase la tierra de la que fue tomado. 24 Expulsó, pues, al hombre y puso querubines al oriente del jardín de Edén, y una espada incandescente se movía en toda dirección, para guardar el camino al árbol de la vida.
Comentario.
En esta escena aparecen tres autores castigados.
La mujer siendo tentada.
La serpiente tentando a la mujer
Adán quien también desobedece y come del fruto.
La mujer parirá a sus hijos con dolor.
El hombre trabajará con sudor para obtener el fruto de la tierra.
La serpiente, animal que se arrastrará sobre la tierra.
Tomando esta lectura literal todos reciben castigo incluido el animal, la serpiente.
Si la serpiente como animal fue seducida a actuar de forma racional ¿porqué motivo es castigada? Ella fue seducida, no vemos el castigo del seductor. La serpiente es castigada a arrastrarse sobre el suelo ¿y el seductor?
La mujer tendría descendencia en el tiempo. ¿Quién sería la otra descendencia opuesta a la mujer? ¿De quien desciende?
Esta escena no vuelve a aparecer en el Antiguo Testamento.
Es cierto que se comente un pecado, ambos mujer y hombre desobedecen y a causa de esto reciben el castigo y son separados de Dios.
Más tarde un profeta es prometido para librar a los hombres de su pecado y acercarlos de nuevo a Dios. Durante treinta y tres años es Jesús tentado como nosotros a causa de haber nacido de carne de pecado como nosotros pero sin haber cometido pecado..
Se propaga el mal sobre la tierra.
Génesis 6
1 Cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la tierra y les nacieron hijas, 2 los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y tomaron por mujeres a las que más les gustaban de entre todas ellas. 3 Entonces dijo el Señor:
No permanecerá siempre mi espíritu en el hombre, porque no es más que un ser mortal: sus días serán ciento veinte años.
4 En aquellos días —y también después— había gigantes en la tierra, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres y ellas les dieron hijos; éstos fueron los héroes famosos de antaño.
5 El Señor, al ver cuánto había crecido la maldad del hombre sobre la tierra, y que todos los pensamientos de su corazón tendían siempre al mal, 6 se arrepintió de haber hecho al hombre sobre la tierra, y se entristeció en el corazón.
7 Y dijo el Señor:
— Borraré de la faz de la tierra al hombre que he creado —desde los hombres hasta los animales salvajes, los reptiles y las aves del cielo, pues me pesa haberlos hecho.
Nota.
Si Dios es bueno, ¿de dónde surgió el mal?
¿Por qué creó Dios al hombre capaz de pecar? Y, en todo caso, ¿por qué fue tentado el hombre?
¿Es el mal coeterno con el bien?
¿Hay quizá dos deidades, como afirma el Zoroastrismo, que son eternas, una buena y otra mala en eterna lucha entre sí?
¿Qué es lo que originó su caída y la primera entrada del mal en la creación de Dios? Y si es así, ¿por qué Dios lo permitió?
Todas esas son preguntas que surgen con frecuencia. He aquí unas respuestas que servirán de ayuda para ver una solución satisfactoria a estos aparentes problemas.
LA PRUEBA.
¡Feliz el hombre que soporta la prueba! superada la prueba, recibirá la corona de la vida que ha prometido el Señor a los que le aman. Ninguno, cuando sea probado, diga: «Es Dios quien me prueba»; porque Dios ni es probado por el mal ni prueba a nadie. Sino que cada uno es probado por su propia concupiscencia que le arrastra y le seduce. Después la concupiscencia, cuando ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, una vez consumado, engendra la muerte.
Santiago 1:12-15
EL PECADO.
Los caminos del hombre están ante los ojos de Jehovah, y él considera todas sus sendas.
Sus propias maldades apresarán al impío, y será atrapado en las cuerdas de su propio pecado.
Él morirá por falta de disciplina. y a causa de su gran insensatez se echará a perder.
Proverbios 5:21-23
EL AMOR FACILITA LA UNIÓN.
La respuesta cristiana acerca del origen del mal es satisfactoria. En primer lugar, no se trata del origen de una entidad positiva que tuviera que aparecer de alguna manera por creación, lo que constituye el obstáculo es la destrucción de una relación, de algo negativo.
La clave de la respuesta es el AMOR. Cierto. Un ser creado no puede amar a no ser que su adhesión al objeto de su amor sea libremente dada. No hay amor en los autómatas programados para una conducta determinada. Y esta es la razón de que Dios no hiciera santo al hombre ni a los ángeles, sino inocentes. Y se trata de dos conceptos bien distintos.
Dios hizo a los ángeles y a la primera pareja humana, que necesariamente dependen de Él, que es el Absoluto, el Ser que existe en Sí mismo. Él es. Él, es el gran YHWH, YO SOY EL QUE SOY. En cambio, las criaturas, ángeles o humanos, han venido a ser. Antes no eran. Y podrían no haber sido. Son contingentes, dependientes de Él para el pleno goce de todo el potencial y destino para el que Dios los ha creado.
Esto nos lleva a considerar los siguientes puntos:
1) Dios, está totalmente autosatisfecho. No precisa de ningún ser fuera de Sí mismo para gozar de un grado infinito de amor. Dios «no estaba solo», y más aun, su gozo y comunión eran plenamente satisfactorias en el seno de la Deidad (Juan 1:1; 17:5).
2) La decisión divina de crear fue, así, totalmente libre, fruto de una voluntad divina no condicionada por ninguna clase de necesidad. Él, el Infinito, quiso crear muchos seres, necesariamente finitos, pero a Su imagen y semejanza, para que tuvieran relación y comunión con Él. Cosa hecha posible también al dotarlos con el don del lenguaje, un reflejo de la naturaleza misma eterna de la Deidad (Juan 1:1).
3) También era totalmente necesario que las criaturas, angélicas o humanas, poseyeran la capacidad de amar. Pero la genuina capacidad de amar exige, por su misma naturaleza, que sea un acto libre. Una libre adhesión. No se trata de un amor de igual a igual, sino del amor de un ser contingente y dependiente hacia el Creador absoluto y auto existente.
Se hace mención del mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas, con la declaración de que Dios es un Dios celoso ante aquellos que no le aman. Se ha de tener en cuenta que este mandamiento, como toda la Ley, presupone que el hombre es pecador, que ya ha caído en pecado. En su estado de inocencia, el hombre no recibió este mandamiento. ¿Por qué no? Porque no era necesario. El hombre no caído no sólo amaba a Dios, sino que gozaba de Él, se sentía arrobado con Él. Le cantaba alabanzas que salían de un corazón lleno de gozo y agradecimiento.
¿Qué sucede entonces? Que el hombre busca su satisfacción sin pensar en Dios.
Al caer, se enemista con Dios, y la primera pareja comienza a huir de Dios, busca su propia vida, alejándose. Y el mandamiento de amar a Dios, dado precisamente después de la caída, hace patente la condición de pecado en la que se encuentra el hombre, y que será imposible el cumplimiento de la Ley, no la podrá cumplir estando lejos de Dios, su espíritu. Por sí mismo no podrá restaurar la anterior convivencia con Dios, solo si Dios se acerca podrá restablecer su antigua relación.
EL AMOR GENUINO. (Citado de la Biblia)
Aunque hable las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, no soy más que una campana que toca o unos platillos que resuenan.
Aunque tenga el don de profecía y conozca todos los misterios y toda la ciencia, y aunque tenga tanta fe que traslade las montañas, si no tengo amor, no soy nada.
Aunque reparta todos mis bienes entre los pobres y entregue mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es paciente, es servicial;
el amor no tiene envidia,
no es presumido ni orgulloso;
no es grosero ni egoísta,
no se irrita,
no toma en cuenta el mal;
el amor no se alegra de la injusticia;
se alegra de la verdad.
Todo lo excusa,
todo lo cree,
todo lo espera,
todo lo tolera. (…)
Tres cosas hay que permanecen:
la fe, la esperanza y el amor.
Pero la más grande de las tres es el amor.
Este es el amor que desea todo hombre. Pero el hombre que se aleja de Dios pierde la fortaleza de sus sentimientos y el gozo queda menguado. ¿Cómo herviría el cuerpo? ¿A que intensidad fluiría la sangre en nuestro cuerpo al sentir la felicidad completa? Sería imposible de narrar. El canto de los pájaros lo oiríamos más intenso, la belleza de las plantas más sublime y el contacto con los nuestros también más intenso.
4) Pasemos al hecho mismo de la Caída. El Mal no debe ser considerado como una entidad positiva. Se trata de una deficiencia, y que por la naturaleza misma de las cosas ha de ser necesariamente posible, pues en caso contrario no habría un amor y adhesión. El hombre debe experimentar su propia libertad, su propio deseo, su propia decisión, su libre albedrío. Esta deficiencia tiene lugar en una actitud que pasa de la complacencia en Dios a la desconfianza, a la incredulidad, a la enemistad.
Sabemos como se generó en el hombre la desconfianza en Dios (Génesis 3). No lo sabemos tan claramente en el caso de Satanás, aunque en la Escritura se nos indica que surgió el pecado, es decir, la deficiencia en el Querubín Protector. Sabemos, sin embargo, que hubo un principio en el pecado de Satanás, un pecado en el que él tiene toda la responsabilidad moral. Y que esta caída no fue generada por el mismo Dios, aunque Dios ciertamente dejó abierta dicha posibilidad, a fin de que no fuera imposible la manifestación del amor y de la adhesión de este amor, que son naturales en una criatura contingente.
Al separarse el hombre de Dios en su relación, Dios promete al hombre su restauración y ésta es alcanzada por Jesús hecho hombre, que murió en una cruz y que resucitó, y que abrió el camino al perdón, a la justificación, a la santificación y a la glorificación para los que vuelvan a Él.